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jueves, 21 de marzo de 2013

PELÍCULAS DE 1959: DE REPENTE, EL ÚLTIMO VERANO (Suddenly, Last Summer)


Película estrenada entre 1959

Director: Joseph L. Mankiewicz. 1959. EE.UU. B/N

Intérpretes: Elizabeth Taylor, Katharine HepburnMontgomery Clift, Albert Dekker, Mercedes McCambridge

En la Nueva Orleans de 1937, una rica viuda, Violet Venable promete al doctor Cukrowicz una importante donación para su deteriorado sanatorio si le efectúa una lobotomía a su sobrina Catherine. La intención de Mrs. Venable es erradicar del cerebro de Catherine la historia sobre la muerte de su primo mientras estaban de vacaciones en España. La señora Venable se encuentra perturbada por la muerte de su hijo Sebastian en Europa, con quien solía viajar los veranos, salvo el último, en el que su acompañante fue Catherine.Basada en una novela de Tennessee Williams.

Basado en una novela del magnífico escritor, alcohólico, gay y depresivo Tennesee Williams, escrito después de que su hermana Rose, afectada de esquizofrenia paranoide, fuera lobotomizada con permiso de sus padres al no responder a los tratamientos farmacológicos. Tennesse jamás perdonó tal hecho a sus padres y las consecuencias que supuso, ya que Rose quedó idiotizada para el resto de su vida.
En el propio guión del filme -en el que participó Tennesee Williams-, conviertiéndose este en un guión oscuro, retorcido, enrevesado y poético.
Mankiewicz es un gran director de actores, no en balde sabe rodearse de los mejores, especialmente de actrices de gran carácter, y aquí el lucimiento de la gran Liz Taylor es espectacular. Sería algo así como la joven sobrina del personaje de Katharine Hepburn, ingresada en un psiquiátrico preparándose para que un Monty Cliff neurocirujano y enamorado de ella solo al verla tenga que operarla. Sebastian, su primo, falleció el último verano, para desdicha de su delirante madre (Katharine Hepburn). El conflicto de Edipo, pero al revés, es decir, adoración extrema de una madre por su hijo está llevado al extremo y la interpretación de burguesa delirante de Hepburn es genial. Todos esos elementos, una preciosa fotografía en blanco y negro, unas imágenes que hablanó fue la muerte del no tan maravilloso Sebastian, el papel que jugó su madrehacen del filme una obra extraña e interesante de ver.

Una de las indiscutibles obras maestras de Mankiewicz, fruto de la fusión de dos talentos plenamente emparejados. De una parte Tennessee Williams y su airado universo novelesco: las frustraciones, lo turbulento, lo reflexivo y lo amargo de las pasiones y/o sentimientos humanos. De otra parte el genial Mankiewicz y su puesta en escena de sesgo teatral, encauzada como un desembozado policiaco -la investigación de Clift es como si se tratara de una investigación policial- cuando estamos asistiendo a un brutal, denso y tenso melodrama. Por una vez, Mankiewicz no escribió el guión y lo dejó en manos del propio padre de la novela (coescrito con Gore Vidal) pero adaptó el material tan respetuosa como personalmente.
Se trata de la investigación que una madre (Hepburn) encarga a un médico (Clift), especialista en lobotomías -operación en el cerebro por la cual se elimina, en casos extremos, la sensación de angustia-, sobre la muerte de su hijo. Prodigiosamente, el personaje clave del filme es ese hijo que nunca aparece físicamente, solo en un “flash-back” final, pero que toda la película está construida en base a él pues tanto la paranoica madre como la angustiada prima (Taylor) están obsesionadas/enamoradas de él.
Dotada de un guión preciso y resaltando su estructura de policiaco “sui-géneris”, estamos ante un melodrama recio y rotundo, un filme absorbente y desasosegante, que analiza y trata temas como la Locura, la Angustia o el Canibalismo sin rozar la más leve escabrosidad y llegando al más absoluto esclarecimiento, en un “tour de force” interpretativo impresionante, con un idóneo y maravilloso Clift, una imponente Hepburn y una singularmente soberbia Liz Taylor. Los secundarios cierran el círculo en este aspecto.
Memorables secuencias, como la inicial en el jardín botánico, un ejemplo sublime de cine hablado, interpretado y realizado.


Magnífica recreación de un drama de Tennessee Williams, que dirige con acierto (como casi siempre) el ya mítico Mankiewicz. Magistrales en sus respectivos y antagónicos papeles tanto Katheaine Hepburn como Elizabeth Taylor, que muestra aquí su verdadera vena dramática. Discreto y digno Montgomery Clift, en su versión del médico bueno que se encarga de resolver el dilema planteado (y nudo gordiano de la historia recreada): las obscuras causas de la muerte de Sebastian, el idealizado hijo de Violet Venable, por el que esta siente un excesivo y absorbente amor (una inversión del complejo de Edipo). Como trasfondos, una brutal descripción de los siempre brutales manicomios, y el contraste entre la bondad de una presunta loca frente a una familia egoísta. Versión moderna de una tragedia a lo griego, que vale la pena ver. y que recomiendo a los amantes del buen cine.

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