Las empresas españolas tienen que acelerar el paso si no quieren perder oportunidades en un mundo que, cada vez más, depende de la tecnología para diferenciarse y crecer. La pandemia que hemos vivido ha puesto en valor todo lo que aportan la tecnología y los activos digitales, y las empresas, de cualquier tamaño o sector, deben dar ya los pasos necesarios para abordar la llamada Nueva Normalidad.
Los hábitos que la crisis ha introducido se convertirán en parte de esta Nueva Normalidad
Antes de esta crisis, muchas empresas veían en las tecnologías digitales solo una oportunidad adicional para enriquecer sus negocios físicos, ahora se ven obligadas a ponerlas en el centro de su nueva estrategia. Según José Manuel Nieto, estamos ya en la Cuarta Revolución Industrial y es triste ver las reticencias que todavía existen en algunas empresas respecto a la digitalización. Por ejemplo, en España, el gasto de las empresas en tecnología es cinco o diez veces menor que el que realizan sus competidoras europeas o norteamericanas.
Estamos ya en la Cuarta Revolución Industrial y es triste ver las reticencias que todavía existen en algunas empresas respecto a la digitalización
Esta transformación es la que va a posibilitar la creación de nuevos modelos de negocio, va a permitir desarrollar nuevas fuentes de ingresos y, desde luego, es el ingrediente principal para impulsar el proceso de recuperación. Hay un buen número de ejemplos que se han podido ver durante estos últimos meses.
SOBREVIVIR, RECUPERARSE Y AVANZAR
La fórmula que propone Techedge para responder a este contexto se basa en una estrategia en tres fases. La primera de ellas busca potenciar un camino que llevan haciendo las empresas durante estos últimos años, priorizando la reducción y optimización de los costes para garantizar la supervivencia del negocio. La segunda fase está más enfocada hacia la recuperación. En ella, la idea es incrementar la eficiencia de los procesos para adaptarse de forma ágil a las nuevas condiciones del mercado. Por último, esta estrategia culminaría con un modelo de crecimiento y avance, aprovechando al máximo las nuevas oportunidades de negocio digitales y explotando nuevas fuentes de ingresos.
Además, como enfoque diferencia, Techedge apuesta por reconocer el protagonismo que tienen las personas en este camino, situándolas en el eje principal de todos los proyectos. Aunque, con la llegada de todas estas tecnologías exponenciales, muchas veces los empleados se ven como los principales damnificados de esta transformación digital, Techedge sitúa a las personas como el verdadero corazón de estos procesos, y los responsables últimos del éxito de una empresa.
Cada vez que se implantan algoritmos de inteligencia artificial como complemento a un empleado, las personas quedan empoderadas no sustituidas
Históricamente, este “miedo” al cambio por parte de las personas ha estado vinculado a los grandes cambios que ha ido introduciendo la tecnología a lo largo de los siglos. Pero, según argumentaba José Manuel Nieto, no hay que tener miedo a esta Cuarta Revolución Industrial. La historia ha demostrado que todos estos procesos han sido positivos para la humanidad en términos de riqueza y calidad de vida.
En su opinión, cada vez que se implantan algoritmos de inteligencia artificial como complemento a un empleado, esas personas quedan empoderadas no sustituidas, les permite hacer trabajos de un mayor nivel intelectual y capacidad profesional. Lógicamente, hay personas que tendrán que reinventarse, pero las tecnologías exponenciales van a crear una economía que también será exponencial, y ya hay algunos ejemplos de lo está por llegar.
HACIA LA NUEVA NORMALIDAD
Techedge ha desarrollado un portal —Sobrevivir, recuperarse, avanzar— en el que compila toda esta información acerca de los procesos de transformación en todo tipo de organizaciones, con una orientación muy clara hacia la aplicación de estas tecnologías y tendencias a diferentes áreas de negocio. Algunas de los apartados que ha cobrado una mayor importancia durante estos meses de confinamiento han sido:
- Cadena de Suministro. Alimentar el proceso de producción ha sido siempre clave, pero ahora se ha vuelto aún más crítica. En la era del ecosistema empresarial, las empresas ya no son entidades autónomas, sino que deben considerarse parte de redes más amplias formadas por proveedores, consultores, empleados, clientes y gobiernos. La interacción de todos estos agentes es lo que los hace capaces de reaccionar y recuperarse de la crisis.
- Fabricación Inteligente. La capacidad para reorientar la producción y dar paso a la fábrica inteligente ha llevado a las plantas, y las líneas de producción, a funcionar en condiciones nunca antes experimentadas: cambios drásticos en la demanda, menor presencia de operadores o políticas de seguridad mejoradas. Esto conduce a una forma diferente de supervisar y gestionar las actividades de producción, posibilitando hacerlo también en remoto.
- El cliente digital. Estos meses han servido también para que se demuestre la importancia del comercio electrónico y la venta online. El canal digital, nacido para complementar y ampliar las tiendas físicas, se ha convertido en la única opción para muchos negocios y, probablemente, seguirá siendo el canal preferido en el futuro próximo. Para muchas empresas, no vender online significa no vender. Establecer la confianza entre compradores y vendedores es un elemento clave para vender más y mejor.
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