ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA | 03-10-2015 12:00:00 a.m.
Cantinflas en la ONU
Siempre he entendido a Cantinflas. Mediante el contexto, pues hablamos en tejido, en entramado; no tiene sentido de pronto decir “nieve” y callar, a menos que esté nevando
Siempre he entendido a Cantinflas. Mediante el contexto, pues hablamos en tejido, en entramado; no tiene sentido de pronto decir “nieve” y callar, a menos que esté nevando. Es redundante, pero se entiende. Si no, no.
Más difícil se me hacen ciertos autores del Siglo de Oro, Calderón o Lope, que en su barroquismo churrigueresco piruetean en la orilla de lo comprensible. Don Quijote perdió el juicio intentando descifrar frases como: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura” (Capítulo I).
Porque hay discursos herméticos, como este de Barack Obama ante la ONU el 24 de setiembre de 2015, del que extraigo un solo párrafo:
“Para los Estados Unidos estas nuevas circunstancias [el éxito en las intervenciones en Afganistán e Irán] han significado también alejarse de la guerra perpetua. Más allá de traer a nuestros soldados a casa, hemos limitado el uso de naves no tripuladas [drones] de modo que golpeen solo a quienes representan una amenaza continua e inminente para los Estados Unidos y cuya captura no es factible y que hay la casi certeza de que no habrá bajas civiles. Estamos transfiriendo a los detenidos a otros países y enjuiciando a los terroristas en tribunales legales, mientras trabajamos diligentemente en el cierre de la prisión de la Bahía de Guantánamo. Y justo al revisar cómo desplegar nuestras extraordinarias capacidades militares según nuestros ideales, hemos comenzado a revisar el modo de obtener datos de inteligencia, de manera de balancear la preocupación por la seguridad legítima de nuestros ciudadanos y aliados con la preocupación por la privacidad que todo el mundo comparte”.
O sea. Un loco con miles de misiles nucleares emitiendo esta prosa delirante, contradictoria, tensa y mentirosa. Un galimatías. Esta palabra, por cierto, significa originariamente “según Mateo” en griego, por la intrincada genealogía de Jesús que hay al comienzo del Evangelio respectivo. Coge el discurso del Papa y el de Netanyahu, mézclalos caóticamente y sale el de Obama.
Pero los hechos aclaran muchas cosas, pues la realidad es testaruda. Greguería de Ramón Gómez de la Serna: “Una bofetada es igual en todos los idiomas”. Un bombardeo también.
Roberto Hernández Montoya
@rhm1947
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