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martes, 29 de noviembre de 2011
Anuncian paro regional en norte y oriente del país en apoyo a Cajamarca
Movilizaciones se preparan para el 30 de noviembre. Así lo pregonó el coordinador de la Unión de Frentes Regionales del Perú
La incertidumbre sobre lo que pasaría mañana en Cajamarca, ante la posible llegada de una comitiva del Ejecutivo, se vio reflejada ayer en el III Congreso Regional del Frente de Defensa de los Intereses de la Región Cajamarca, donde, pese al pedido del presidente regional, los dirigentes de rondas campesinas de las 13 provincias de Cajamarca se opusieron a liberar las vías de acceso a la región bloqueadas.
Por el contrario, Alfonso Valderrama, coordinador de la Unión de Frentes Regionales del Perú, quien participó en este encuentro, anunció unamovilización de las regiones del norte y oriente del país para el miércoles 30 de noviembre.
En realidad, más allá de las dispersas manifestaciones callejeras y de algunos bloqueos de vías, en Cajamarca no se cumple un paro propiamente dicho. En la ciudad, los negocios atienden con normalidad, pero en los distritos de la zona de influencia directa del proyecto Conga (Huasmín, Sorochuco y La Encañada) grupos de comuneros continúan haciendo vigilias al pie de la laguna El Perol, lo que genera un tenso ambiente con la policía que resguarda el lugar.
Hasta ahora, las protestas no se han ido fuera del control, salvo trascendidos reportados ayer sobre un herido que recibió una bomba lacrimógena en el pecho, en la provincia de Celendín.
El enrarecido clima social en Cajamarca ha generado que tanto el cardenal Juan Luis Cipriani como el ex presidente de la Conferencia Episcopal Peruana monseñor Luis Bambarén llamen a un entendimiento pacífico para resolver el conflicto.
EL TEMA DE LAS CONCESIONES
No uno sino varios conflictos como Conga se pueden gestar en Cajamarca. Si cruzamos el mapa de concesiones mineras con el de cabeceras de cuenca (lugar donde se encuentran las fuentes de agua dulce que abastecen a las poblaciones), encontramos que hasta agosto pasado el Ministerio de Energía y Minas aprobó 1.186 peticiones mineras en más de 280 mil hectáreas, las cuales representan el 67% de cabeceras de cuenca de esta región.
Por ello, para el presidente de la región Cajamarca, Gregorio Santos, el desenlace –aún incierto– del conflicto social generado por el proyecto Conga, que consiste en convertir dos lagunas de cabecera en enormes tajos mineros y otras dos en zonas de desmonte para la explotación de oro, va a trazar el rumbo de la política de desarrollo de la región.
“Nuestra protesta va más allá de Conga […]. En Cajamarca está demostrado que minería y agricultura no pueden convivir”, dice Santos, quien admite que la ausencia de un estudio actualizado del sistema de fuentes de agua de la región ha impedido debatir con seriedad la viabilidad y el impacto de Conga. Sin embargo, el informe del Ministerio del Ambiente que contiene serias observaciones al estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto Conga, difundido el último viernes, le ha dado a Santos el insumo que requería para fundamentar su posición y ha evidenciado las contradicciones y débiles mecanismos que arrastran los ministerios de Energía y Minas y del Ambiente para evaluar los proyectos de explotación minera en el país.
Lo cierto es que –como lo advirtió el presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Manuel Pulgar-Vidal– no está claro si el Ministerio del Ambiente tiene la capacidad de exigir la modificación de un proyecto minero o encargar al Ministerio de Energía y Minas que lo haga. Hasta el cierre de esta edición, no hubo un pronunciamiento claro del Poder Ejecutivo sobre Conga.
El viernes, consultado en Piura por El Comercio, el ministro del Ambiente, Ricardo Giesecke, declaró que estaba dispuesto a ir a Cajamarca “para plantear las cosas de manera objetiva […]. No ha existido una política de información transparente”.
ANTECEDENTES
Los problemas de contaminación por minería en Cajamarca se remiten a finales de la década del 70, cuando empresas mineras nacionales (ya desaparecidas) dejaron pasivos ambientales que dañaron zonas como Maygasbamba, Llaucano y Arascorgue. Esta situación condicionó el ingreso de Yanacocha, en 1992, minera que tuvo problemas desde su inicio por la compra de terrenos. Desde 1993 y hasta el 2000 se denunciaría a Yanacocha por derrames de sustancias químicas que originaron la muerte de miles de truchas en zonas como El Milagro, Tembladera, Chilite, Granja Porcón, Puruay.
CONTRA LA POBLACIÓN
El primer gran conflicto de Yanacocha lo tuvo el 2 de junio del 2000, por el derrame de cerca de 150 kg de mercurio. Más de 300 pobladores de Choropampa, San Juan y Magdalena fueron afectados. La mina responsabilizó a la empresa que transportaba el mineral, lo que no fue bien recibido por la población. Pero el problema suscitado en setiembre del 2004, en el cerro Quilish, fue el más relevante porque movilizó a más de 40 mil personas en un paro regional. Tal fue el apoyo de la población que el Gobierno dio un paso atrás y suspendió la exploración de Yanacocha en esa zona, pese a que esta recibió el respaldo del Tribunal Constitucional.
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